jueves, 2 de enero de 2014


HISTORIA DE NUESTRO PADRE JESÚS.
La imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno en Albuñuelas siempre ha tenido una gran devoción, incluso más que el propio patrón San Sebastián, el motivo es una vinculación total, que desde generaciones pasadas se hizo a la sagrada imagen y que redundó en una unión total con cada fiel. El origen de dicha unión fueron los milagros que la imagen ha ido realizando a lo largo de los años y que la han hecho merecedora de un fervor muy intenso.
Hay bastantes momentos en los que se expresa esa intensísima unión con una imagen tan querida, venerada y tan recurrente. Uno de estos momentos es cuando las mocitas se dejaban largos cabellos, se los cortaban y donaban para hacerle pelucas. En la actualidad tiene una de pelo natural y otra de sintético. Los motivos son varios.
En primer lugar, las muchachas que regalaban su pelo lo hacían por orgullo, el orgullo de la familia, el orgullo ante la sociedad, el orgullo para con la sagrada imagen. Era un grandísimo orgullo saber que cuando Nuestro Padre Jesús Nazareno salía a la calle lo hacía con una parte pequeña de ti, era una forma de vincularte a lo que representaba, era también, una forma de dar gracias por la gracia recibida o implorarla.
En segundo lugar, la tradición familiar se afianzaba sobre la sagrada imagen, era el centro de la vida de la persona, se la tenía en gran estima y se la veneraba con respeto, constancia y amor. Se acudía en tiempo de sequia extrema, cuando había peligros, etc., era una imagen a la que implorar para alejar todo peligro físico o espiritual. Siempre se le tenía en los labios, se le invocaba persistentemente generando una especial vinculación paterno-filial.
En tercer lugar, porque era costumbre ponerle pelo, al igual que posee la barba tallada la costumbre es ponerle pelo. Es una costumbre impuesta por el autor de la talla, así aumenta el impacto que recibes al observarte en sus ojos morenos, en ver su sufrimiento interno-externo, en observar que va vestido, etc., es pues, una hombre ante los ojos de quien lo observa.
En la actualidad sigue formando parte de los emblemas propios de los albuñolenses, se ha convertido en una seña de identidad. Aunque su culto ha decaído, ha decaído porque han caído los efectivos demográficos. Antaño los hombres eran quienes impulsaban su devoción, los pater familiae eran quienes introducían en el núcleo familiar las prácticas religiosas, sobre todo si estaban vinculados o insertos en alguna asociación confraternal. Era cuando se “respiraba” el sentimiento religioso.
El actual laicismo y la semi descristianización de la sociedad han provocado que decayesen algunos cultos en el olvido, aunque en el caso del nazareno bien es cierto que hay fases, es decir, si nos acercamos durante la Semana Santa, o las fiestas de agosto, que es cuando sale la imagen, observamos que sigue teniendo un poder de convocatoria y de atracción impresionante, sobre todo porque es una figura que está muy metida en la médula albuñolense y que se afianza con el rescate de algunas prácticas como envolver a los niños en su manto, es pues, una costumbre que empieza a generarse y que a su vez genera nuevos vínculos devocionales.

La Iglesia de las Albuñuelas, en la época del Ilustrísimo Arzobispo Don Francisco de Perea y Porras.

Como ya se mencionó en la otra etapa, la iglesia acabó derribándose en el año 1683. Y rápidamente se comenzó la construcción de una nueva iglesia, donde se pudieran celebrar los cultos religiosos. Pero antes de empezar a hablar de esta nueva etapa, señalar que hay pocos documentos referentes a la construcción de ésta, y los pocos que encontramos hacen referencia a la época del Ilustrísimo Arzobispo Don Francisco de Perea y Porras. Por lo que para explicar esta etapa nos basaremos en los documentos de la época del Arzobispo. Sobretodo en  los cuatro documentos más importantes que hacen referencia a la Iglesia. Entre punto y punto se hará una especie de síntesis.

         El primer documento que hace referencia a la iglesia, está fechado el 29 de septiembre del año 1715, fecha en la que llegó al pueblo la Imagen de Ntro. Padre Jesús:
          El 29 de septiembre del año 1715, en tiempos del Ilustrísimo Arzobispo Francisco de Perea  y Porras, se trajo a esta iglesia el simulacro de la imagen de Jesús Nazareno (...)

          Por lo que se da a entender que ya había una nueva iglesia, en la que poder llevar a cabo las funciones litúrgicas, por lo que su fecha de construcción bailaría entre el último cuarto del siglo XVII y principios del XVIII.

          El segundo documento fechado en el año 1724, habla de la construcción de un nuevo templo parroquial, en el 1721.
  El día 22 de octubre de 1724 se cayó la torre de la iglesia y mucha parte de la capilla mayor de la iglesia parroquial que en ese tiempo se estaba haciendo por orden del Istmo Señor, mi Señor DFrancisco de Perea y Porras, arzobispo de Granada quien puso la primera piedra en los cimientos de dicha iglesia el día de NtroPadre San Francisco de Asís del año 1721 y estando ya lo restante de la iglesia acabado y la torre para hacer el suelo de las campanas, falsas por los cimientos  de la dicha torre y habiendo estado toda la semana trabajando el maestro Gabriel de Arévalo con más de 20 oficiales quiso Dios NtroPadre que se cayese en domingo, en tiempo que no ofendió a nadie, eso fue un gran milagro (…).
       
          Este documento, pone de prueba que el arzobispo mandó construir una nueva iglesia, aunque también pudiera ser que realizara una remodelación a la ya existente, y para magnificar mucho más su obra, se escribiera que mandara construir una nueva iglesia parroquial.

          El tercer documento que encontramos referencia al binomio iglesia arzobispo, lo encontramos en un inventario fechado en de Albuñuelas, 11-Agosto-1727, en el que encontramos la siguiente cita.
          (…) se hizo a expensas del Ilustrísimo arzobispo como el haber dedicado toda esta iglesia parroquial que de todo estaba muy derrotada y hoy se ve con la hermosura y curiosidad que tiene.
          Aquí se menciona, que la iglesia estaba muy derrotada, pero no se aclara, si la llegó a construir o no.

          Y el cuarto documento que hace mención al binomio Iglesia-Arzobispo, aparece en su partida de defunción que se guarda en el archivo parroquial. En ella, se puede leer:

          (…) Hermoseo a su costa con bellísimos retablos, exquisitas pinturas y otros adornos la Iglesia Parroquial de dicho lugar, que fue su oriente y su ocaso.

          Una vez señalados los documentos, podemos pensar que tras el derribo de la primitiva iglesia, se procedió a la construcción de un nuevo templo mucho más pequeño y provisional. Así este carácter provisional, haría que en la 2ª década del siglo XVIII, el Ilustrísimo Arzobispo Don Francisco de Perea y Porras, mandara la construcción de un templo. Este templo era de tres naves, siendo la nave central, mayor que las laterales, y al igual que su antecesor con capilla mayor separada del resto del cuerpo. Con campanario adosado a un lado y sacristía. En lo referente a la decoración interior, podemos comprobar, con respecto al templo anterior, que éste estaba decorado con retablos y altares de mayor lujo. Y todo a expensas de los caudales de la Familia Perea y Porras. Así queda recogido en el inventario, fechado el 11 de agosto de 1727.
Altar Mayor.

          Hay en el altar mayor un retablo de talla nuevo con un lienzo del Salvador, otro de San Francisco de Asís, otro de San Francisco de Paula, otro de San Francisco de Sales, otro de San Francisco Xavier, otro de San Francisco de Borja y otro de San Francisco Solano, que dio el Ilustrísimo arzobispo Señor Don Francisco de Perea y Porras y se hizo a expensas del Ilustrísimo arzobispo como el haber dedicado toda esta iglesia parroquial que de todo estaba muy derrotada y hoy se ve con la hermosura y curiosidad que tiene. Iluminado con lámpara de plata, del techo cuelgan dos arañas que iluminan el templo.

Altar de Ntra. Señora del Rosario.
          En el altar de Ntra. Señora del Rosario, hay otro retablo de talla dorada y estofado muy hermoso, con la imagen de talla de la Santísima Señora con su hijo en los brazos y en el último cuerpo del retablo tiene un lienzo de la sagrada familia, Jesús, María y José, que dio y se hizo a expensas y limosna de Dª María Melguizo Porras y Guzmán, madre del Señor Ilustrísimo Don Francisco de Perea Arzobispo de Granada, como también diera y costeara todo el retablo. Iluminada con lámpara de plata. Cerca del retablo se encuentra la pila bautismal.

Altar de Ntro. Padre Jesús Nazareno.
          En el altar de Ntro. Padre Jesús Nazareno, hay otro retablo del mismo modo que el de Ntra. Señora del Rosario que dio y costeó el caudal del Ilustrísimo Señor Don Juan de Perea padre del Señor Ilustrísimo Don Francisco de Perea Arzobispo de Granada, tiene en su nicho una imagen de Jesús Nazareno, vestido a costa de los vecinos con una túnica de felpa morada con encajes de plata, otra debajo de tafetán doble dorado y encajes para el cuello y bocamangas con cordones de hilo de oro de talla muy devoto entre el pueblo (traído el 29 de septiembre del año 1715) y en el último cuerpo tiene un lienzo de Ntra. Señora de las Angustias. Iluminada con lámpara de plata.

  
Altar y capilla del Santísimo San Francisco de Asís.

          Esta capilla se edificó y costeó el Señor Ilustrísimo Don Francisco de Perea Arzobispo de Granada, a expensas suyas. Dio el patronato a su hermano el Señor Don Antonio de Perea y Porras y a los que probaran ser de la línea de estos ilustrísimos Señores y a falta de ellos el beneficiario que fuera de esta Iglesia.
Apuntado en el margen izquierdo ‘’ Esta capilla se edificó y compuso a expensas de los caudales que para ello dejaron el Ilustrísimo Señor Don Juan de Perea y Porras canónigo magistral de Cuenca y el Señor Don José Tomás de Perea inquisidor de Ganada, hermanos ambos del Señor Ilustrísimo Don Francisco de Perea Arzobispo de Granada.’’
          Tiene esta capilla un lienzo con marco dorado de San Francisco de Asís, otro de Jesús Nazareno muy hermoso, otro del Santo. Cristo de Burgos del mismo tamaño. También tiene una cruz con un cristo de marfil. La capilla queda cerrada con una reja de hierro dada de color verde con su llave que todo esto lo dio el Señor Ilustrísimo Don Francisco de Perea Arzobispo de Granada. La capilla está enlosada de azulejos. (…) Repartidos por la iglesia se encuentran los mismos santos que había, en la anterior.

Como se ha podido comprobar, la historia de la Iglesia de Albuñuelas, en el primer cuarto del siglo XVIII, ha ido unida al nombre del Ilustrísimo Arzobispo Don Francisco de Perea y Porras. A pesar de su esfuerzo, de dotar al pueblo de una nueva iglesia, el uso de ésta fue efímero. Pues como podemos comprobar en el diccionario de Pascual Madoz fechado en 1845, la iglesia se encontraba arruinada. Trasladándose a la iglesia del exclaustrado convento de Ntra. Señora de las Angustias, construida en 1742, de la cual hablaremos en el siguiente apartado, La Iglesia de las Albuñuelas,  el paso de iglesia conventual a parroquial.       

           Aún así contamos con testimonios gráficos, realizados en enero de 1885, de la torre de la iglesia y parte de los muros.




1 comentario:

  1. Una de las caracteristicas más revelante de nuestro Padre Jesús Nazareno, es que cuando llega la cuaresma, semana Santa la cara se le pone más morada, más oscura debido a lo que le espera, al sufrimiento, al dolor, "es un milagro que tiene esta imagen." Cuando finaliza este tiempo la cara vuelve ha ponerse normal, y durante el año la mantiene bién.

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